Con 19 años, Khoteja fue una de las primeras beneficiarias del Programa de Mujer

Con 19 años, Khoteja fue una de las primeras beneficiarias del Programa de Mujer

Khoteja nació en los slums de Varanasi. Es la segunda de nueve hermanos —cinco hombres y cuatro mujeres— y desde niña recogía harapos en la tienda de telas en la que trabajaba su padre para ayudar con sus escasas ganancias a su familia. Ahora es una de las artesanas de Semilla para el Cambio y una de las primeras beneficiarias de su Programa de Mujer.

En su caso, sus padres sí trataron de convencerla para que, además de trabajar, estudiara, pero ella no era consciente de la importancia de tener una educación y quería dedicar su tiempo libre a jugar. “Ahora me doy cuenta de que hice mal —dice—. Si hubiera estudiado, mi vida podría ser muy distinta” .

Pero con catorce años ya estaba casada y un año después tuvo su primer hijo. Con dieciocho nació su hija y con veinticuatro, una tercera. “En cuanto tuve a mi primer bebé, comencé a pensar en su educación, quería hacer que su futuro fuera brillante y no arruinarlo como había hecho con el mío —explica—- Además, mi situación financiera y familiar no era buena. Mi marido apenas trabajaba y el poco dinero que llegaba a casa lo gastaba en beber, y cuando estaba borracho, me maltrataba”.

En estas circunstancias, Khoteja conoció a María Bodelón en una de las visitas que la directora de Semilla para el Cambio hizo a los slums. Buscaba mujeres para iniciar un nuevo proyecto, Marina Silk, el taller de pintado de pañuelos de seda con el que se inició el Programa de Mujer de la ONG en 2011. “Me uní a este proyecto con 19 años”, recuerda Khoteja, y luego fue accediendo también a los nuevos proyectos de mujer que se fueron creando: Alfabetización, el Curso de Corte y Confección y Micro ahorro. Ahora, además de trabajar en Marina Silk, también cose en el Taller de Artesanía, y su hijo e hija mayores están escolarizados en el Programa de Educación Integral, al igual que varios de sus hermanos.

“Me encanta coser y disfruto mucho el tiempo que paso en el centro de Semilla—nos cuenta—. Aquí tengo la oportunidad de conocer a muchas personas y de hablar, de compartir y eso me hace sentir relajada. Es el mejor momento del día”.

Con la campaña «Con M de Mujer» puedes hacer que otras mujeres de los slums de Varanasi cambien su vida y avancen hacia un futuro más prometedor. ¡Asóciate y avanza con ellas!