Los partos supervisados reducen la mortalidad materna y neonatal en los slums

Los partos supervisados reducen la mortalidad materna y neonatal en los slums

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inequidad en el acceso de las mujeres embarazadas a una atención médica adecuada está tras la tasa de mortalidad materna, que en India es de 145 muertes por cada 100.000 bebés nacidos/as vivos. Desde 2013, Semilla para el Cambio trabaja para que las mujeres de los slums de Varanasi reciban atención antes, durante y después del parto. El proyecto de promoción de la salud ha conseguido que el 96,5% de los partos sean hospitalarios, reduciendo así el riesgo de mortalidad materna y neonatal. «Cuando empezamos a trabajar aquí, hace 10 años, morían entre 5 y 6 recién nacidos al año», María Bodelón, directora de Semilla para el Cambio.

La mortalidad materna

Cada día mueren en todo el mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. La mayoría de estas mujeres tienen dos características en común: cuentan con escasos recursos y viven en zonas con difícil acceso a los servicios de salud. Por tanto, la mayor parte de estas muertes podría haberse evitado con un acceso equitativo a los recursos sanitarios. De hecho, pese a que desde los años 90 la tasa de mortalidad materna se ha visto reducida notablemente en los países asiáticos, la revisión de los datos nos lleva a confirmar la vigencia de estos dos extremos: las cifras de fallecimientos corresponden, mayoritariamente, a mujeres empobrecidas de las zonas rurales o sin recursos sanitarios a su alcance. A estos dos factores cabe añadir, en el caso de India, los matrimonios tempranos (a la edad media de 15 años) y el elevado número de embarazos de las mujeres indias a lo largo de su vida.

Mortalidad mujeres embarazadas - Semilla para el Cambio
Las mujeres de las zonas rurales o sin recursos sanitarios concentran el mayor número de fallecimientos. Foto: Ron Hasen

 No en vano, hace poco más de una década, el gobierno indio lanzó la denominada «Misión Sanitaria Nacional Rural», dirigida, precisamente, a mejorar los estándares sanitarios de la población de las áreas más remotas. En aquél momento, cada 7 minutos fallecía una mujer por complicaciones durante la gestación o el parto. Desde entonces, la tasa de mortalidad materna se ha reducido en un 42%. Pero todavía la cifra de fallecimientos sigue siendo inaceptablemente alta (es 12 veces superior en India que, por ejemplo, en un país desarrollado).

Las cifras del seguimiento al embarazo en Semilla

Esta ratio tiene un reflejo directo en la tasa de mortalidad neonatal, pues está estrechamente relacionada con una adecuada atención sanitaria de la mujer durante la gestación y el parto. «Cuando empezamos a trabajar en los slums, morían entre 5 y 6 recién nacidos al años», explica María Bodelón. «Antes, las mujeres no acudían a revisiones médicas ni a parir a un hospital, parían en la chabola, lo que hacía que un parto de riesgo tuviera consecuencias fatales», explica.

Desde 2013, Semilla para el Cambio desarrolla el proyecto de promoción de la salud, gracias al apoyo de Farmacéuticos en Acción,  este año financiado por el Ayuntamiento de Segovia. Este proyecto se encarga, entre otras cuestiones, de hacer un seguimiento a las mujeres embarazadas. «Esto nos permite explicarles la importancia de contar con la asistencia médica y detectar posibles complicaciones, lo que reduce los riesgos para la madre y también para el bebé», concluye.  De los 116 partos que se han producido desde entonces, 112 se han producido en el hospital (96,5%).

«Ha sido un trabajo del día a día conseguir cambiar estas dinámicas», explica desde terreno María Bodelón, directora de Semilla. «Nuestras promotoras sanitarias lo han conseguido, poco a poco. Ellas pertenecen a la comunidad, acompañan a las mujeres a las visitas con la ginecóloga y esto es clave para prevenir cualquier complicación».

Una mujer de los slums asiste a una consulta ginecológica en el centro de Sigra, Varanasi. Foto: Cristina Rocha

Las pruebas y consultas del seguimiento del embarazo son gratuitas y  las mujeres aprovechan y valoran, cada vez más, este recuero, aunque no todas empiezan el seguimiento en el primer trimestre. «No todas las mujeres empiezan el seguimiento en el primer trimestre. Pero, al menos, se ha normalizado el hecho de acudir a un hospital llegado el momento del parto. Un gran paso para reducir el riesgo de mortalidad materna y neonatal», concluye.

No obstante, pueden producirse -y de hecho se producen- complicaciones en el parto, que ponen en riesgo la vida de los recién nacidos. «Recientemente, el bebé de Rozi Bibi, artesana de Semilla para el Cambio, tuvo que estar 17 días hospitalizado en la UCI de neonatos, con apoyo de oxígeno», nos explica María Bodelón. «Rozi Bibi había recibido el seguimiento durante el embarazo: visitaba cada mes a la ginecóloga, se le realizaron tres ecografías y varias analíticas; además se hizo un seguimiento específico en el hospital universitario de Varanasi, ya que le habían detectado Hepatitis B, posiblemente causada por el pinchazo con una aguja mientras recogía basura», explica María. “Aún así, la vida del bebé estuvo en peligro, por falta de oxígeno en el parto. Si no hubiera nacido en un hospital y hubiera podido acceder inmediatamente a tratamiento sanitario, habría fallecido seguro», concluye.

Actualmente, Rozi Bibi se encuentra de baja por maternidad (4 meses) y cuando se incorpore de nuevo a su trabajo en Semilla para el Cambio, tendrá derecho al servicio de guardería que presta la ongd. Si quieres saber más sobre los proyectos que hacen todo esto posible, no dejes de visitar nuestra página web: http://www.semillaparaelcambio.org