Esta semana nos ha visitado el profesor de yoga Domenec Hernández, de Girona, que tras colaborar en la última edición de Yoga para el Cambio nos ha visitado en Varanasi y ha compartido con nuestro alumnado los beneficios del Satyananda yoga. Practicaron ejercicios de desinhibición y relajación muscular para mejorar la confianza en ellos mismos y, además, pasaron un rato muy divertido.
Ayer los alumnos de cuarto curso del Proyecto Educativo de Semilla para el Cambio pudieron disfrutar en el centro que la ONG tiene en Sigra de una clase de yoga impartida por Domenec Hernandez, profesor de yoga de Girona que se encuentra de visita en Varanasi y se ha querido conocer los proyectos de la ONG y practicar con los niños/as esta beneficiosa disciplina.
Durante unos 45 minutos realizaron actividades de Satyananda yoga, en concreto una serie de movimientos y posturas, entre ellas la denominada Pavanamuktasana, enfocadas a mover las articulaciones de muñecas, codos, hombros, pies, tobillos, rodillas. “El objetivo es mover la energía y de que haya movilidad en el cuerpo”, explica Domenec.
“La experiencia ha sido muy interesante, los niños han estado muy receptivos, participando desde el primer momento, lo que ayuda a que puedan continuar con la práctica en un futuro, si es posible”, cuenta el profesor de yoga, que está valorando extender su colaboración con Semilla un par de semanas.
Domenec Hernandez es un gerundense que lleva 25 años practicando yoga y que hace 20 decidió formarse en esta disciplina con el objetivo de profundizar en ella y ampliar sus conocimientos, ya que por aquella época se sabía “muy poco de ella en España”, según afirma. Tras una formación de tres años en Barcelona comenzó a impartir clases y hace cinco años fundó su propio centro en la localidad de Banyoles (Girona), la Surya Escola de Ioga, que ha participado en la pasada edición de Yoga para el Cambio, a favor de los proyectos de Semilla.
Beneficios del yoga en la infancia
Según Domenec, a los grandes beneficios que el yoga tiene tanto sobre el cuerpo como sobre la mente, en el caso de los niños hay que sumarles unos beneficios específicos, como la capacidad para encauzar y calmar la energía sexual. “A los niños entre los 10 y los 12 años se les comienzan a despertar las hormonas sexuales y cuando ocurre esto no saben qué está pasando en su cuerpo, no saben qué hacer con esa energía y esto les calma y les da tranquilidad”, afirma el profesor de yoga.
Parte de la clase estuvo enfocada a ejercicios de desinhibición y relajación muscular, para que los niños pudieran soltarse y animarse a practicar posturas que en principio les podía dar verguenza realizar. Esto, según Domenec, ayuda a hacer la clase más dinámica y divertida, además de incrementar la confianza de los niños en sí mismos.
“Me encantó la clase, fue muy divertida y relajante y me gustaría repetir” afirma Lalie Khatún, de 13 años, que no había practicado yoga antes y ha podido descubrir los beneficios de esta disciplina gracias a la colaboración de Domenec.
Aunque los alumnos y alumnas de Semilla realizan habitualmente sesiones de meditación —combinadas con algunas posturas de yoga— con algunas de las profesoras de la ONG, la visita de Domenec les ha permitido ahondar en esta práctica milenaria y conocer sus beneficios, al mismo tiempo que se han divertido.