Las mujeres mejoran su autoestima tras 3 meses en el proyecto de alfabetización

Mujeres durante la clase en el proyecto de alfabetización.

Las mujeres participantes en el programa de alfabetización de Semilla para el Cambio se sienten más confiadas y seguras desde que este proyecto comenzara a rodar hace tres meses, cuando arrancaron las clases y no tenían ningún conocimiento. “Su autoestima ha mejorado notablemente desde que pueden reconocer las palabras, leer los carteles y firmar documentos”,  explica Soma Chakroborty, una de las coordinadoras y profesoras de esta iniciativa.

En este proyecto, financiado por la Diputación Foral Bizkaia, a través de la Asociación Parekide para la cooperación al desarrollo y la promoción de las mujeres y el colectivo inmigrante, participan alrededor de 40 mujeres indias en los centros de Sigra y Dashashwamedh. Sus profesiones son las de lavanderas, limpiadoras, cocineras, barrenderas o recogedoras de basura, y hasta ahora no habían tenido la oportunidad de aprender nada.

Mujer durante la clase de alfabetización.“En India, la familia normalmente no invierte en la educación de sus hijas, porque su futuro va a ser casarse, tener hijos y trabajar en casa. Al comenzar el proyecto lo que más costó fue que ellas le encontraran utilidad a aprender a escribir y leer, o a las matemáticas.  Estaban convencidas de que su momento había pasado y se preguntaban qué hacían ahora aprendiendo o viniendo a clases. Ahora ya conocen los beneficios”, añade Soma.

Metodología
El profesorado ha tenido que enfrentarse a un alumnado que comenzaba desde cero, por lo que la metodología de trabajo es muy participativa y se apoya en abundante material visual. Las profesoras  Seema Mehrotra, Deepa Kushwaha y Soma Chakroborty, y  el coordinador del proyecto, Vivek Srivastava, recibieron formación previa por parte de WLC (World Literacy of Canada), asociación india con experiencia en alfabetización de adultos y grupos de mujeres desde 1995.

“El 80% de las alumnas avanza a buen ritmo, pero debemos ser pacientes porque hay que tener en cuenta que las alumnas no han tenido ningún tipo de alfabetización previa, no sabían ni cómo coger un bolígrafo, y el proceso es muy costoso. Lo importante es que ellas están motivadas y comprometidas con el proyecto, son puntuales y constantes”, explica Vivek Srivastava, coordinador en el centro de Sigra.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp