Al mal tiempo, buena cara

Donativo de mantas

Remedios para el frío hay muchos y la generosidad de Amit Kumar -hombre de negocios de Jaunpur- ha resultado ser uno de ellos, llegando a los hogares de algunas familias de Varanasi en forma de 75 mantas. Las familias beneficiarias pertenecen al proyecto de Semilla para el Cambio y, la mayoría, habita en los slums en unas condiciones muy desfavorables, por lo que es duro hacer frente al frío de estos días, que entra sin avisar bajo puertas y ventanas.

El reparto de mantas lo realizaron Virat y Vivek, empleados de la ONG, que pasaron lista uno por uno en el centro de Sigra, donde no quedaba ni un hueco libre para sentarse. El donativo fue recogido por un gran número de mujeres con sus hijos e hijas que, entre bromas y risas, agradecieron este inesperado regalo, y alguna aprovechó para salir arropada en ella. Y es que ya se sabe: al mal tiempo, buena cara.

 

Nuevas voluntarias, en sus puestos

Esta semana el centro de Semilla para el Cambio cuenta con dos nuevas inquilinas, la pedagoga Marta Bretón y –al teclado- la periodista Cristina Velázquez. Nuevas voluntarias, en marchaAmbas han comenzado el camino con fuerza y bajo lluvia, por cierto, descubriendo que aquí cada día es una auténtica aventura. Los primeros esfuerzos de esta experiencia han ido destinados a conocer nombres de niños y niñas y personal de la ONG, objetivos y proyectos, calles y ghats, y animales del lugar, que no son pocos. Pero  se continuará con los siguientes deberes.

Por lo demás, seguirán dejándose sorprender por la ciudad de la luz, de la que se ha escrito tanto que apenas quedan palabras… aunque se garantiza su búsqueda. Por ahora, las elegidas son respeto por una cultura muy diferente e ilusión por hacer una buena labor, pues la ocasión lo merece.

Las casi recién llegadas han contado con una recepción de lujo por parte de todo el equipo de Semilla para el Cambio que las hace estar muy agradecidas y contentas de formar parte de esta nueva familia india.  Esta bienvenida se unió con la despedida de  Zulma y Alba, voluntarias que dejaban llorando  Varanasi, y que pasaron el relevo con muchísimo cariño. A su marcha se hizo el silencio, aunque aquí el silencio dura poco, así que habrá que seguir haciendo ruido para que Semilla para el Cambio llegue muy lejos.

 

 

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