Diez años cambiando vidas en Varanasi

Aniversario de Semilla para el Cambio

Semilla para el Cambio celebra su 10º aniversario. Diez años trabajando con las comunidades más desfavorecidas de Varanasi y ayudando a cambiar sus vidas con proyectos de educación, salud, nutrición y empoderamiento de la mujer. Toda esta labor se ha traducido en importantes mejoras: una importante reducción del trabajo infantil, el incremento de los niveles de alfabetización y un mayor papel de la mujer en la familia y la comunidad.

En 2009, María Bodelón llegaba a Varanasi y depositaba las primeras semillas de cambio entre las comunidades hindúes del barrio de Dashashwamedh, a orillas del río Ganges. Allí comenzó trabajando con familias de dhobiwalas (lavanderos), vendedores ambulantes y barrenderos, con un modesto proyecto de educación que pretendía escolarizar a los niños y niñas y alejarlos del trabajo infantil.  Tan solo un año más tarde, en 2010, la ONG amplió su radio de acción a los slums de Sigra, y comenzó a trabajar con las comunidades de recogedores de basura, en su mayoría emigrantes rurales musulmanes procedentes de Bengala Occidental.

Cuando la ONG llegó a los slums de Varanasi, el 76% de niños y niñas de entre 5 y 14 años trabajaban; las mujeres tenían una media de 5,6 hijos y apenas un 7% de las personas sabían leer. Así que el equipo de Semilla para el Cambio empezó a ampliar su ámbito de actuación a nuevas áreas, conscientes de que, para que los niños/as estén bien, es necesario trabajar de una manera transversal con toda la familia. Una década después del origen, con proyectos en las áreas de educación, salud, nutrición y empoderamiento de la mujer, la ONG beneficia directamente a más de 1000 personas e indirectamente a más de 2500. Y tras el último censo, realizado hace unos meses en los slums, los logros son evidentes.

Educación - Slums - Semilla para el Cambio
Semilla ha escolarizado a niños y niñas que trabajaban recogiendo basura

El Programa de Educación Integral, que empezó escolarizando a una veintena de estudiantes, llega ahora a más de 250 niños y niñas de los ghats y los slums, que están escolarizados o en clases preparatorias. Además, esto ha tenido otra importante consecuencia: la tasa de trabajo infantil se ha reducido al 25%. “Antes recogíamos basura y no sabíamos nada, ni nadie nos respetaba —explica Rabiul, uno de los primeros estudiantes escolarizados por Semilla—. Cuando empezamos a estudiar es cuando empezamos a ser respetados y aprendimos, poco a poco, a diferenciar los que estaban mal. Ahora estoy estudiando y quiero seguir haciéndolo, no quiero volver a ese sucio trabajo”,

Igualmente, los efectos de la educación han llegado también a las personas adultas, y a día de hoy el 40% de la comunidad de los slums se ha alfabetizado. “Antes era analfabeta, pero en la ONG encontré un lugar para aprender —cuenta Asha, una de las promotoras de salud de Semilla—. Ahora, vaya a donde vaya, sé leer y escribir. Y mis hijos están orgullosos de que su madre no sea analfabeta”.

Precisamente la promoción de salud, en la que trabaja Asha, ha sido otro importante ámbito de actuación para Semilla durante estos diez años. Cuando la ONG empezó a trabajar en los slums, la condiciones higiénicas y sanitarias en las que vivían estas familias eran muy deficientes, las mujeres daban a luz en las chabolas, sin ningún tipo de control médico durante el embarazo y los índices de mortalidad infantil y desnutrición de la madre y el bebé eran altos. Con el trabajo del equipo de Semilla y de sus promotoras (mujeres de la propia comunidad formadas por la ONG) se ha logrado reducir la media de hijos por mujer a 3,5 hijos y se ha conseguido que el 99% de los partos se realicen en hospitales, reduciendo así la mortalidad infantil en torno al 60%.

Igualmente, la ONG ha logrado importantes avances en la nutrición de los niños y niñas de los slums, que hace unos años presentaban graves problemas de malnutrición y retrasos en su desarrollo físico e intelectual. Con los comedores escolares de Semilla, que ofrecen dos comidas diarias a sus estudiantes (así como suplementos alimenticios y vitaminas), se ha contribuido a mejorar la salud de los más pequeños y favorecer su correcto crecimiento.

Y en el área de mujer, además de los logros alcanzados en alfabetización y promoción de salud, se ha favorecido la independencia de las mujeres con proyectos de formación, ahorro y promoción de empleo; así como con acciones de concienciación y sensibilización desde las primeras edades. “En nuestra comunidad piensan que las mujeres solo pueden estudiar un poco y luego casarse, pero yo quiero demostrar que podemos llegar a ser algo más en la vida”, afirma Yasmin, otra de las estudiantes de Semilla.

Educación temprana - Slums - Semilla para el cambio
El trabajo en promoción de salud ha logrado reducir la mortalidad infantil

Nuevas semillas

Tras diez años de trabajo, las semillas plantadas empiezan a dar sus frutos, pero aún queda camino por andar. “Aún quedan muchos niños recogiendo basura —recuerda Rabiul— y me gustaría intentar traerlos a la ONG para que estudien”. En este sentido, una de las acciones que se está barajando poner en marcha a corto plazo es un nuevo proyecto de atención temprana, para que los niños y niñas de los slums se integren en el Programa educativo ya desde las primeras edades.

La filosofía de Semilla, en palabras de María Bodelón, la directora y fundadora de la ONG, consiste en “plantar semillas, solo somos la herramienta a través de la que las personas beneficiarias pueden apoyarse para salir de la situación de pobreza y marginalidad en la que se encuentran”. El propósito no es otro que estas familias “se integren en la sociedad y puedan aprovechar sus talentos para ser personas más libres y felices”. “Realmente es una transformación social lo que estamos consiguiendo, un cambio significativo en el tiempo”, concluye la directora.

 

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